El pasado fin de semana aprovechamos que el lunes era festivo en la oficina para viajar un fin de semana largo a Pushkar para ver su feria de camellos (que resultó serlo en todos los sentidos de la palabra...más de un occidental estaba allí encontrando su yo interior).
Pushkar es uno de los lugares sagrados del hinduismo, tierra de Brahma (el Dios creador) y nos habían comentado que era un pueblecito pequeño del Rajasthan, donde lo único que había para hacer es probar el
special lassi y alguna que otra compra. ¡Nada más lejos de la realidad en su feria del camello!
Salimos el sábado temprano de Delhi, dejando atrás la alerta por contaminación que acechaba la ciudad...
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Aquí se respira aire puro |
Para llegar a la estación (que estaba en Quinculo, por cierto) cogimos por primera vez el ricksaw-bicicleta. Como aquí las bicicletas todavía no han descubierto que con piñones hacen la vida más fácil, no tienen marchas y el hombre parecía que estaba subiendo el Tourmalet en cada bache.
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Parada de taxi de la estación |
La estación de tren nos dejó ver, de nuevo, el espíritu indio...
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Soldadores cumpliendo todas las normas de seguridad (no se observa el bidón de gasolina que había justo debajo) |
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Cargado cual mula Francis, menos mal que no hay límite de equipaje |
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Otro que viaja ligero de equipaje |
He de admitir que el viaje de día me reconcilió con los trenes indios tras mi anterior experiencia. Tuvimos a una familia al lado que no paró de comer (literalmente) las 7 horas de viaje, experimentamos la inteligente costumbre india de no dejar salir antes de entrar al tren (y bloquear la puerta con una maleta que nada tiene que envidiar al baúl de la Piqué) y pudimos observar las maravillas del paisaje:
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La gente hace su vida en las vías |
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El lechero |
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Aquí la visita al Sr. Roca no existe, cualquier lugar es bueno (aunque tengas público) |
El tren nos dejaba en Ajmer, desde donde cogimos un bus para llegar a Pushkar. Están separadas por una montaña que se llama "Montaña de la Cobra", no hace falta decir más. Maravilloso para alguien a quien le dan pánico las serpientes.
Afortunadamente en Pushar no había cobras (se debieron quedar todas en la montaña), salvo las que llevaban los
hijos de la grandísima puta encantadores de cobras. Estos amables hombres llevan a esos bichos en unos cestos de mimbre y te lo abren en las narices para que les pagues y los hagan bailar.
¡Espero que al menos me sirva como terapia de choque!
Fue llegar al pueblo y empezó el festival de colores que hacia de aquel lugar un sitio maravilloso. Era una feria dedicada al turismo interno, así que pudimos disfrutar de India en estado puro.
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¡Míralas, qué cucas ellas! |
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Viendo la vida pasar |
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A algunos niños les pintan la raya del ojo, como a esta que también va vestida de domingo |
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El genio de la lámpara mágica |
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Les encanta posar y te piden que les saques fotos haciéndolo |
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Lavado de cara matutino |
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En las tiendas confeccionan lo que venden |
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Las madres despiojan a sus hijos como en toda tierra de garbanzos |
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El zumo de caña de azúcar es algo muy habitual, se extrae con esta "trituradora" |
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Aquí se compra así, en grupo y sentados...sin prisa |
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Piercing típico de la zona del Rajasthan, discreto |
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Muchos hombres van de la mano por la calle, y a ellos también les encanta posar |
Tanto al atardecer como al amanecer la gente acude al lago para "ducharse"
Las de la mañana se conocen como Puyas y son dignas de ver. Algunos grupos van cantando y bailando y se corre el riesgo de que te absorban en su grupo de baile, te cubran con velos y te pongan un tikka en la frente...he aquí la prueba de esto que cuento:
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El grupo justo antes de captarme en sus redes |
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Debajo de ese velo estoy yo |
Y por último, la sección culinaria del día. Aconsejo a todo aquel que vaya a Pushkar hacer una parada en el local de zumos que hay en la calle de las tiendas, en el que pone "Que rico, prueba y repetirás", tanto los zumos como la ensalada de frutas hacen justicia al eslogan.
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Todo sanísimo, fritanga pura |
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Uno de los causantes de que el olor a fritanga impregnase el pueblo |
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Esta va para mi madre, que le encanta el algodón de azucar ;D |
¡Un beso para todos!
Gracias baby, me puedes mandar una de esas por correo? Ves!!!! Ese es otro de los motivos por los que me puedo animar a viajar jajaja.
ResponderEliminarUn besazo
HOLA,termino de descubrir tu blog y no paro de reir ( bueno mejor dicho..llorar de risa....)muy buena describiendo los encantos de esa tierra. voy leyendo y te imagino es esas situaciones...recuerdas cuando te daba miedo pasar por la calle san Francisco en Bilbao!??
ResponderEliminaranda que no ha cambiado el cuento..
muxos bss y animo que despues de esta experiencia cualquier cosa te va a parecer sosa.